lunes, 21 de marzo de 2011

Qué lindo es saber que, despuès de escuchar la ciudad romperse todos los dìas, después de cada round, cuando uno se sienta en el banquillo en la esquina del ring, despuès de las bocinas, y los olores, y las ovejas chocandose en el microcentro... siempre está la irrefutable verdad de saber que vos estas en algùn lugar sonrièndole a quien sea que te mire...

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